El último acto

La primera vez de aquel después

me dolió dormir sola y en tu compañía.

Después de muchos después,

las heridas nunca sanaban y siempre escocían. 

El día del último después, ya no sentí casi nada. 

Solo indiferencia y un cierto alivio;

tenía el alma anestesiada 

y mi cuerpo ya no era mío.

Pensé que si moría escaparía.

Ya no tendría que fingir, ni hacer ganas, 

no más voces en off, 

y no más velas malgastadas.

El último acto
El último acto