Por fin he descifrado el lenguaje de su nombre.

He abierto la caja donde guardabas sus suspiros,

y he aprovechado el espacio que quedaba para guardar dos lágrimas,

una negra de color pena y otra amarilla de color rabia.

Con ellas se han teñido vuestros mensajes de colores tristes…

Y mientras la tinta de vuestras letras  me quema el sentido,

confirmo de pleno al quince mis sospechas.

Lo he traducido a veinte idiomas,

y el resultado siempre es el mismo: ELLA.

¡Y yo que pensaba que solo sabías escribir mi nombre!

En fin, después de limpiarme la cara y recogerme el pelo

al son de la música de mí des-concierto,

he decorado las paredes con mosaicos de besos rotos…

He decidido comerme la vida con un helado de chocolate.

Voy a tirar la caja lejos, muy lejos,

donde no llegue tu eco, en el balcón de mi Adarve…

Pasaré página  para aprender otros idiomas,

voy a abrir de un portazo las fronteras que tu amor un día valló.

Te regalo la inmunidad diplomática a cambio de mi pasaporte,

vuelvo a ser libre.

<p>El lenguaje de su nombre</p>

El lenguaje de su nombre